• ¿Símbolo o sustancia?

    9,90

    SINOPSIS

    Peter Kreeft acomete en este libro una empresa tremendamente difícil: armar una conversación sobre la Eucaristía entre tres de las grandes figuras de la historia del cristianismo reciente, C.S. Lewis (anglicano), J.R.R Tolkien (católico) y Billy Graham (protestante). Pero, a pesar de la dificultad, el filósofo estadounidense da en la diana. ¿Símbolo o sustancia?, de hecho, está a la altura de los mejores diálogos platónicos; no sólo no desentona, sino que será recordada como una de las mayores contribuciones jamás brindadas al ecumenismo real, a ese que, lejos de mercadear con la verdad, la pone en el centro para rendirle pleitesía.

    Tan imponente es la erudición de Kreeft y tan denodado el estudio previo a la redacción de la obra, que el lector olvidará por momentos que lo que tiene entre sus manos es una recreación, que ese debate amistoso al calor de la chimenea no se produjo nunca. Aún más: tan fidedigno es el diálogo que, al pasar la última página, uno se imagina a Lewis, a Tolkien y a Graham esbozando, allá donde estén, una sonrisa entre agradecida y satisfecha.

    «Kreeft ha desplegado con paciencia y sabiduría un sólido aparato filosófico, teológico y existencial en torno a una cuestión clave no sólo para el creyente, sino para aquel a quien Chesterton llamó everyday man, el hombre corriente que busca respuestas para las preguntas más difíciles que un alma honesta se pueda plantear»

    Del prólogo de Eduardo Segura

  • Divino amor hecho carne

    9,90

    SINOPSIS

    En la Santa Eucaristía es donde mejor y con mayor plenitud conocemos el amor que Dios nos tiene. La Santa Eucaristía desvela la verdad sobre el amor de Dios por nosotros, y alimenta, dentro de nosotros, la libertad de amar como Dios ama. Si hemos perdido el sentido de reverencia y profunda gratitud ante el Sacrificio Eucarístico y la Presencia Real de Nuestro Señor Jesucristo en la Hostia consagrada, entonces no reconocemos la verdad que se halla ante nuestros ojos.

    Verdaderamente, la Belleza ha de salvar al mundo, y en ningún otro campo esto está tan claro como en el campo litúrgico. Por mi parte, sobre todo en calidad de Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, agradezco de corazón y con afecto fraterno al cardenal Burke por esta hermosísima contribución al debate más delicado e importante de nuestros días. A todos, les deseo una lectura fructuosa de este precioso libro ofrecido a la Iglesia, que sitúa a la Eucaristía como fuente y culmen de la vida cristiana. «Aquí está», dijo San Juan Pablo II, «el tesoro de la Iglesia, el corazón del mundo, la prenda del fin al que todo hombre, aunque sea inconscientemente, aspira». No diré más sobre el libro, para dejar al lector que descubra todas sus virtudes, leyéndolo con calma y meditando sobre su contenido.

    Cardenal Robert Sarah

    Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.